¡CUERPO HAY MÁS DE UNO!

¡CUERPO HAY MÁS DE UNO!

El otro día vinieron a hacernos un taller al insti. No recuerdo el nombre del taller pero era algo así como “cuerpo no sólo hay uno”. Eran dos chavalas, o eso creo, porque prefiero no dar por hecho qué eran solamente por su apariencia física. Prefiero no dar por hecha la identidad de las personas, por mucho que los prejuicios nos quieran jugar malas pasadas y quieran dejar claro qué significa ser chico o chica. Sea como sea eran unas majas.

Volviendo al taller, recuerdo que el día anterior la profe nos contó que vendrían y que trataría sobre temas relacionados con el cuerpo, sobre la diversidad de los cuerpos. Recuerdo una sensación de ansiedad y miedo, hablar o conectarme con mi cuerpo me suele costar mucho. Tengo la sensación que hoy en día hay mucho bombardeo con el tema de los cuerpos y las famosas frases hechas del “body positive” como por ejemplo esta de «todos los cuerpos son válidos». Me da la sensación que es una frase vacía de contenido porque en la realidad eso no funciona así. Por lo menos en mi clase o en mi insti o en mi barrio o en mi casa, no es tan verdad.

No todos los cuerpos son válidos. Sería genial que lo fueran, claro que si, pero seguimos teniendo un montón de prejuicios y de estigmas con los cuerpos que se salen de la «norma». Mi cuerpo no es válido para la sociedad e incluso tampoco lo ha sido para mí en muchas ocasiones, suerte que poco a poco esta idea va cambiando y me voy reconciliando.

Yo soy una chica *cis, o sea me identifico con el género que se me asignó al nacer, y tengo amigxs *trans y *gender fluid, muchxs de nosotrxs hemos tenido la sensación de que nuestro cuerpo no era válido, por lo que igual no tiene tanto que ver con lo de ser cis o ser trans esto de quererse, si no con cuánto sientes que te quieren desde fuera, los demás.

¡Puede parecer que estoy tirando por tierra el concepto del amor propio, para nada! Lo que intento es entender la manera de habitar la vida aprendiendo a quererme, pero sabiendo que si desde fuera no me quieren bien el trabajo de amor propio me será altamente complicado.

 

Con todas estas divagaciones sobre cuerpo, amor propio e identidad me sorprendí en el taller, en el que empecé como un flan y poco a poco fui entrando y relajando. La verdad que las personas que lo hacían nos lo pusieron muy fácil, recuerdo una dinámica que todavía hoy la pienso y me sale una sonrisa. Nos propusieron que nombráramos partes del nuestro cuerpo con las que podemos hacer cosas que nos molen pero que no tuvieran nada que ver con la estética! Pensar en mis pestañas no valía, para que nos entendamos. He de reconocer que me costó mogollón hacer este ejercicio, no solemos, o yo por lo menos, mirar a nuestro cuerpo de forma positiva, para empezar. Pero tampoco sabemos, o no tenemos costumbre de nombrar partes de nuestro cuerpo que nos gusten sin una connotación estética. Me pareció una propuesta chulísima al igual que complicada.

Pensé en mis muslos gordos, gordos. Lo escribo dos veces para decírmelo a mi misma y liberarme! Pensé que son fuertes, que me sostienen el peso, que me mantienen erguida y me llevan siempre donde quiero. Pensé que cuando llegue el verano y me meta en el agua con las olas recordaré que mis muslos gordos hacen que me agarre fuerte a la arena y no me caiga. Cuando llegue el verano y me desnude en la playa me acordaré de este taller y de la importancia de quererte y rodearte de gente que también lo haga.

Esta dinámica del taller puede parecer una tontería, pero para mí es un punto de partida, un principio, un respiro, un toque de amor hacia mi cuerpo y un reclamo colectivo para todos los cuerpos que alguna vez no encajaron.

Ahora sí que puedo asegurar que el taller se llamaba “cuerpo hay más de uno» porque depende de con cuánto amor lo mires y lo miren, CAMBIA.

Gracias por el taller y Gracias por mis muslos.

La Lore.